Las entidades sociales siguen buscando alternativas para ofrecer nuevas respuestas a sus pacientes ante la complicada situación que atraviesa el Tercer Sector y la red asistencial en manos de las ONG. Patim y la Asociación de Familiares de personas afectadas por Trastorno de Personalidad (ALAI-TP) han acordado aunar esfuerzos con el objetivo de mejorar la atención a aquellas personas con trastornos de personalidad y consumo de drogas. Ambas organizaciones defienden que no existen suficientes recursos adaptados para atender esta tipología de pacientes.
La complejidad de este trastorno exige una fuerte implicación de la familia e intervención especializada permanente, ya que se trata de una enfermedad crónica. “En los drogodependientes con trastornos de personalidad encontramos una impulsividad que va unida a un abuso descontrolado en el consumo”, explica el presidente de Patim, Francisco López y Segarra. “En estos casos las consecuencias para los pacientes son devastadoras -añade Marian García, Directora de ALAI-TP- la mayoría acabarán englobando el alto índice de suicidios consumados, en el alcohol, las drogas, la calle y en la cárcel”.
La otra cara de la misma moneda son las familias. La responsable en Castellón de ALAI-TP recuerda que uno de los principales motivos de la puesta en funcionamiento de la Asociación, radicaba en la situación en la cual se encontraban las familias, sobrepasadas por la complejidad del trastorno, “terminamos destruidos en conflictos mezclados con sentimientos de culpabilidad y vergüenza”, explica García.
El próximo miércoles, 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, de ahí que las dos organizaciones quieran visibilizar una situación que las une en su trabajo diario. “Las drogodependencias y las ludopatía pertenecen a la cartera de servicios de salud mental aunque algunos de los recursos donde se trabaja estas problemáticas puedan depender también de Bienestar Social”, remarca López y Segarra, partidario de incentivar la detección de precoz de estos casos y crítico respecto al tratamiento actual en adicciones. “Tal y como lo entendemos ahora está en desuso y fuera del contexto en el que viven los drogodependientes –advierte- porque parece que se hacen más proyectos para niños en colegios privados que para pacientes que están en la calle”.
