La celebración del Día del Trabajo cobra este año más sentido que nunca . Con casi cinco millones de personas en paro en España, es preciso que la ciudadanía activa se movilice.

Desde que en 2008 se comenzaron a ver los primeros síntomas de la desaceleración se han adoptado respuestas lentas para resolver la falta de empleo. Y pensamos que esto puede desembocar en la aparición de patologias sociales asociadas al incremento del tráfico ilícito y el consumo de drogas, la delincuencia y la desintegración del ser humano.

En Patim somos conscientes cada día de que la empleabilidad es un factor de equilibrio social y por ello, sabemos que carecer de empleo es el primer paso hacia la exclusión. De ahí que hayamos elaborado un decálogo en el que proponemos distintas alternativas para hacer frente a esta situación.

    Decálogo
  • Carecer de un empleo es un nuevo fenómeno de exclusión social. Elendeudamiento agrava esta situación
  • Intensificar las políticas contra la exclusión y establecer líneas de actuación permitirá superar desequilibrios sociales en España. Las políticas activas de inclusión no son necesarias debido a la crisis sino que por razones democráticas y estructurales, han de tener un carácter permanente.
  • Hay que incorporar el criterio de cohesión social en la definición de las políticas económicas y el empleo. Y ofrecer respuestas comunitarias. El Tercer Sector de Acción Social ha de ser interlocutor en políticas sociales, de empleo, inmigración, económicas y fiscales.
  • La lucha contra la pobreza y la exclusión social es un tema transversal que ha de ser tenido en cuenta en las políticas clave, especialmente las relacionadas con salud, empleo, vivienda, educación y ocio. Fomentar la complementariedad entre vida laboral y familiar contribuye a garantizar las prestaciones sociales
  • Incrementar la inversión económica para garantizar las prestaciones sociales debe contemplarse como una prioridad que lleva aparejada la regulación de otros sectores e impuestos para ampliar la financiación actual.
  • La economía debe estar al servicio del desarrollo social y el bienestar de las personas. El gasto social puede actuar de estabilizador macroeconómico: promueve la igualdad de oportunidades y protege a los colectivos más desfavorecidos frente a las insuficiencias de los mercados privados.
  • Un gasto social bien gestionado es la mejor inversión social
  • Las bonificaciones y deducciones fiscales son importantes para fomentar la contratación pero lo es también incentivar nuevas fórmulas para que la inserción laboral, como el fomento del emprendedor.
  • La ley de Economía Social, la progresión en el desarrollo de las cláusulas sociales y la responsabilidad social, y una reforma laboral flexible para los próximos años resultan apoyos fundamentales para romper la impermeabilidad del sector empresarial en la contratación.
  • Hay que fomentar el “paro activo”, facilitando la incorporación inmediata a programas de formación o reciclaje laboral de las personas desempleadas. Las personas beneficiarias y no los servicios deben ser el centro de las políticas activas de empleo

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